21 para el 22 de agosto
de 2011
A mis hermanas, las llamadas
y elegidas de todo el mundo:
Ya
está por culminar este gran paso, más que paso, salto… y ¡bien largo!.
Gracias a
Dios he sido un dichoso y llamado a ser parte de este gran Encuentro Capitular (con
mayúsculas y con toda la letra), y hoy, desde mi casa, siendo aún domingo
apagándose el día, siento la gran necesidad de escribir estas líneas: La alegría
que invade mi corazón por los momentos que he pasado junto a ustedes es
indescriptible. Ustedes me hicieron sentir más la presencia de Dios en mi vida,
en mi familia, en mi barrio, desde la mirada de una persona que lo da todo con
gozo, porque esa es la esencia de la vida y de nuestro carisma/don, al que
siento que a veces muchos de nosotros no valoramos; Gracias a este compartir siento
mucho más fuerte que “vivir plenamente es que todos podamos vivir dignamente”, humildemente
desde el lugar donde se está, ya que el Espíritu al que llamamos e invocamos
sopló, pero no solo para hacerse presente para nosotros, sino para compartirlo
con mis hermanos, con mi prójimo.
En estos días
se ha manifestado ante nosotros la vida, los caminos, el rezo, la humanidad
recorridos por Joaquina, y al ver traspasar esa antorcha que es la llama que
nos da la esencia de nuestro carisma, que es y debe ser compartido, siento que también
la historia nos está diciendo que somos protagonistas de estos tiempos: que
debemos ir haciéndola, rezándola con mucho tiempo, abonándola, tejiendo la vida
juntos… hermanas y laicos Vedruna… sin dar tantas vueltas.
En mi retina
quedan marcados momentos, lugares, caras, situaciones y en mi corazón un gozo
de saber que soy parte de esta familia y que todas y cada una de ustedes se jugaron
mucho para poder acercarse y hacerme sentir de la mejor manera, pues lo han
logrado y con creces.
Me traje a mi
tierra parte de esa llama de la antorcha que ardía y arde y que siento que
también se nos convidó y repartió para poder hacerla más luz entre los míos;
por otro lado espero no dejar de asumir el gran compromiso de vivir los dones
que nos regala con su vida Joaquina y servir con amor a nuestros hermanos, pues
esto también fue concedido a nosotros con la gratuidad del amor de Dios y así
debemos seguir contagiando.
Hermanas… “hermanitas
que Dios me ha regalado”, les deseo tengan todas un excelente cierre de
Capítulo, iluminadas por el Espíritu que nos sigue acompañando y vayan a sus
casas llenas de todo lo vivido (como yo) para que este sexenio se sigan cumpliendo
todos los envíos que son obra de Dios y por otro lado, veamos la luz para ir
mejorando nuestros pasos para que sean cada vez más firmes.
De corazón
les desea un hermano laico que ha tenido la gran gracia de compartir casi una
semana de “¡amor y más amor que nunca dice basta!” con ustedes y de su mano.
Señor, tú que has
hecho surgir en la Iglesia a Santa Joaquina Vedruna para la educación cristiana
de la juventud y el alivio de los enfermos, haz que nosotros sepamos imitar sus
ejemplos y dediquemos nuestra vida a servirte con amor en nuestros hermanos. Amén.
Germán Agustín Rodríguez
Laico Vedruna de Provincia Del Plata
de VedrunAmérica
No hay comentarios:
Publicar un comentario