EL LAICADO VEDRUNA ES RESPUESTA A UNA LLAMADA:

  • A seguir a Jesús, según la experiencia que Joaquina tuvo de Él, es decir, la experiencia del “Buen Jesús que pasó por el mundo haciendo el bien.
  • Desde el Carisma Vedruna, es decir, reproducir en nuestra propia vida, hoy, los valores vividos por Joaquina en la realidad de su tiempo.
  • En comunidad eclesial, creyendo en la fuerza del grupo, de la comunidad que ayuda a discernir la voluntad de Dios en cada momento de la vida.
  • Y con una misión en la Iglesia desde la atención preferente por los más necesitados. Siendo sensibles al sufrimiento humano y viviendo la solidaridad como valor fundamental

sábado, 30 de julio de 2011

COMPARTIENDO CAPITULO XXVI

PENSAMIENTOS DE UN POETA
El P. Benjamín González Buelta S.J. que nos acompaña en las jornadas de oración, además de místico es poeta. De ahí que algunos de sus poemas recojan mejor que mil discursos, la profundidad que nos está queriendo transmitir. Tiene el arte de descubrirnos a Dios enraizado en la tierra, en lo humano y la tierra y lo humano enraizados en Dios.
Os ofrecemos este poema, que quizá os resulte conocido, pero que es muy expresivo y recoge muy bien la experiencia que está compartiendo con nosotras a lo largo de estos días. Nos habla del Dios que nos alienta y sustenta la vida y el universo  casi sin notarlo, sin suplantar al ser humano, llevándolo a su plenitud, la Vida Nueva. Es el Dios discreto  que se nos regala como don en todo lo que vive.

CREADOR DISCRETO
No hay que pensar en el aire
para que se filtre
al último rincón de los pulmones,
ni hay que imaginar la aurora
para que decore el nuevo día
Jugando con los colores y las sombras.

No hay que dar órdenes
al corazón tan fiel,
ni a las células sin nombre
para que luchen por la vida
hasta el último aliento.

No hay que amenazar
a los pájaros para que canten
ni vigilar a los trigales
para que crezcan,
ni espiar la semilla de arroz
para que se transforme
en el secreto de la tierra

En dosis exacta
de luz y de color,
de canto y de silencio,
nos llega la vida sin notarlo,
don incesante tuyo,
trabajador sin sábado.

Dios discreto.
Para que tu infinitud
no nos espante,
te regalas en el don
en que te escondes.

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