EL LAICADO VEDRUNA ES RESPUESTA A UNA LLAMADA:

  • A seguir a Jesús, según la experiencia que Joaquina tuvo de Él, es decir, la experiencia del “Buen Jesús que pasó por el mundo haciendo el bien.
  • Desde el Carisma Vedruna, es decir, reproducir en nuestra propia vida, hoy, los valores vividos por Joaquina en la realidad de su tiempo.
  • En comunidad eclesial, creyendo en la fuerza del grupo, de la comunidad que ayuda a discernir la voluntad de Dios en cada momento de la vida.
  • Y con una misión en la Iglesia desde la atención preferente por los más necesitados. Siendo sensibles al sufrimiento humano y viviendo la solidaridad como valor fundamental

sábado, 9 de julio de 2011

IDENTIDAD VEDRUNA

El laicado nos ofrece una manera propia de:
Espiritualidad
Queremos seguir a Jesús de la manera que lo hizo Joaquina, penetrarnos de su vida como ella lo hizo y hacer realidad en nosotros las actitudes que Él encarnó. Notas de la espiritualidad Vedruna:
  • Una fuerte dimensión trinitaria. Apostamos en las posibilidades de la fraternidad para todo el mundo y nos disponemos a experimentarla en nuestras comunidades o grupos.
  • Una profunda experiencia del “Buen Jesús”. Descubriendo que sigue encarnándose en cada persona y situación. Desde esa contemplación nos sentimos llamados/as al compromiso con aquellas personas que más lo necesitan.
  • Una gran pasión por la voluntad de Dios. Inspirados por Joaquina somos llamados a vivir con espíritu de discernimiento para descubrir a Dios en todo y saber lo que Él quiere de nosotros/as en cada momento de la vida.
  • Un gran cariño por María. Mujer comprometida con su pueblo y siempre en discernimiento.
Estilo de vida
Queremos que el Carisma Vedruna sea el inspirador de nuestro ser y hacer, por ello consideramos importante:
  • Una espiritualidad integradora alimentada en la oración personal y comunitaria. Para crecer y fortalecerse en el amor.
  • La coherencia entre fe y vida; más que las palabras, son las actitudes ante los hermanos las que mueven nuestro compromiso en el mundo.
  • Vivir la disponibilidad y gratuidad como fruto del amor.
  • Sencillez en el estilo de vida. Un tipo de relación basada en el amor, en el diálogo, en la cercanía, en la sencillez en el espíritu de familia, creyendo en las posibilidades propias y de las demás personas.
  • La profunda alegría vivida y comunicada
  • Sentirnos libres y por tanto liberadores, luchando por la paz y la justicia.
  • Vivir y potenciar la fraternidad universal “todos hijos de un mismo Padre y, por tanto, hermanos”.
Misión
Todo esto proyectado en una misión en la Iglesia a la que nos sentimos enviados con una opción preferente por los más desfavorecidos. Por eso queremos:
  • Estar atentos a la realidad, intentando ser críticos con los acontecimientos, descubriendo los signos de los tiempos, con mirada evangélica.
  • Vivir comprometidos con la justicia. Estar al lado de quienes más lo necesitan y trabajar a favor de ellos.
  • Estar disponibles a la llamada de la Iglesia y de la Congregación.

EL PROYECTO LAICAL VEDRUNA
Cada grupo elaborará su proyecto comunitario, dentro del marco de los Estatutos, teniendo en cuenta las propias características y la realidad en la que se halla inmerso.
Compromisos
  • Participar en las reuniones de la comunidad laical
  • Vivir un compromiso apostólico y social en el mundo, trabajo, familia, sociedad, cada uno desde la situación o plataforma que pueda, pero sintiendo la interpelación, el envío y apoyo de la comunidad laical.
  • Colaborar en comunión con la Iglesia y la Congregación en sus obras y necesidades.
  • Trabajar en la propia formación permanente.
  • Vivir y profundizar en el Carisma y la obra de Santa Joaquina de Vedruna como modelo actual de vida en los diferentes estados, y como estímulo en la vida de fe y seguimiento de Jesús.

RELACIÓN CON LA CONGREGACIÓN DE HERMANAS CARMELITAS DE LA CARIDAD VEDRUNA
Impregnadas del aire de familia de Joaquina las comunidades laicales Vedruna mantendrán una relación cercana y fraterna con las Hermanas. Viviendo la “igualdad en la diferencia”, es decir, buscando juntos lo que Dios nos quiere decir, convencidos de que el carisma Vedruna es un don para la Iglesia y que se debe compartir.
Los grupos podrán llevar a cabo sus propias actividades, de acuerdo con sus proyectos comunitarios. También podrán participar en las obras y misiones de la Congregación, si se cree oportuno, pero no como suplencia, sino como mutua colaboración entre los diferentes miembros de la Familia Vedruna.  

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